viernes, 26 de diciembre de 2008

Opciones aparentes


He querido que mi obra tuviese principio y final, y que entre los dos desarrollase un hilo conductor que quedase oculto al espectador. Por lo que mi obra no propone preguntas ni da respuestas, son historias que cambian dependiendo en gran manera de la persona que las lee.

Yo necesito este desarrollo y esta conexión con lo que hago, a veces es difícil de explicar. Normalmente mi obra ilustra un texto, o es parte de él. Un momento escrito se convierte así en una parte acabada de mi obra, pero no encierro todo el texto en un solo cuadro. No quiero dar tanta información, aunque a veces me critican por ello, demasiada información que oculta un hecho de más fuerza quedando este desfigurado, en un continente de pequeñas cosas sin importancia. Pero los héroes no son héroes cada momento del día, y seguramente en la vida de uno de estos héroes, solo lo ha sido por una hora, o un segundo, no podemos catalogar de héroes in perpetum. A los cuadros les pasa lo mismo, y a las instalaciones aun les ocurre más. Una actitud valiente va rodeada de pequeñas cobardías. Así pues una instalación encierra ese momento mágico y otros en los que no es tan evidente.

Seguramente es mi opción decantarme por uno u otro aspecto, pero a veces se hace tan difícil que me es imposible separar ambos. Es el espectador el que con su mirada tiene que decidir por un argumento u otro, un heroísmo o simplemente la vida cotidiana.
En la imagen, instalación de "La piel de Ulises" mediadas variables, hilo, madera fotografía y cobre. Año 2002.

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