lunes, 22 de diciembre de 2008

El sol de los días (2)



Creo que poco a poco hemos perdido nuestro sentido de la espiritualidad a cambio del consumismo más salvaje. En los paises pobres es donde estan más enraizadas las creencias hacia los espiritus y Dios o Dioses. Nosotros hemos dejado nuestras creencias para ir a toda velocidad en busca del pragmatismo.


Cuando se le pregunta a un arquitecto cual sería su obra más importante, contestaría la mayoría, que un estadio. Los estadios se han convertido en las modernas catedrales, en los circos mediáticos del siglo pasado y del actual. Los grandes acontecimientos ocurren allí, pero nos olvidamos que los acontecimientos importantes de la vida cotidiana ocurren en sitios pequeños y con poco público. Tienden a ser momentos íntimos.


Son en estos espacios delimitados donde el hombre expresa toda su fe, sea de la religión que sea, todas sus dudas existenciales, todo el amor del que es capaz de dar. Pero hemos olvidado de darle su sentido a estos momentos y solo nos fijamos en "el pan y circo" de los romanos.


La espiritualidad tiene que servir como un elemento diferenciador entre nuestra especie y las demás, el hombre a creado a sus dioses durante miles de años, tienen sus defectos y sus virtudes encierran lo que el hombre es.


El sol de los días, quiere hacer una llamada de atención a esa espiritualidad perdida, crear un lugar de reencuentro entre el hombre y sus propios dioses, y santificar el hecho humano olvidando todo lo aberrante y abyecto que el hombre lleva consigo.

En la imagen: Boceto 2 para "el sol de los días" tinta sobre papel y tiza. 21 x 32 cm.

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