sábado, 6 de diciembre de 2008

Ajenos


El poder de la imagen se ha instalado definitivamente en nuestras vidas, antes el arte estaba hecho para el consumo de muy pocos, actualmente el arte se ha convertido en un expectáculo más de los que envuelven nuestras vidas, las obras no trascienden, no permanecen. Mueren jóvenes.

La publicidad y los medios de comunicación son los que convierten en obras maestras aquello que no es más que un epígrafe en las manos del artista. Sobre todo la anécdota es una de las razones fundamentales para considerar una obra de arte en obra maestra. ¿Cuantos diamantes tiene engarzados la carabela de Damien Hirst?, ¿Cuantos kilos de pintura ha gastado Barceló en la cúpula de las Naciones Unidas?. La verdad, ¿a alguien puede interesar estos datos?, por lo visto a más personas de lo que creemos, pero tendríamos que hacer una nueva reflexión: ¿a cuanta gente, de estos que le gustan tanto los datos, le interesa el arte?, verdaderamente nos encontraríamos con pocas.

Cuando a mi me preguntan cuanto tiempo dedico a una obra o una serie, siempre respondo con la mayor sinceridad posible, hay series como "im memoriam" que me ha llevado dos años de trabajo y como resultado son 14 lienzos de 1m. por 1m., sin embargo, "durmientes" fue comenzada en el 2005 y sigo trabajando en ella, el resultado final todavía no lo tengo definido.

Para mi, el material, tiempo o dedicación a una obra, carece de interés. Lo importante es que cumpla la función para la que fue creada, y con ello quiero decir que hay obras maestras cuya transcendencia en el arte contemporáneo ha sido fundamental y la intervención del artista mínima; por ejemplo "fuente" de Duchamp. ¿Que transcendencia tendrá para el futuro del arte la obras mencionadas ("For The Love of God" y la cúpula de las Naciones Unidas)?. Creo sinceramente que el valor de la anécdota, tristemente, ha dejado en bien poco el valor del artista.
En la imagen "El sutil vuelo", fotografía, resina de poliester, máscara africana, hierro industrial y sudario. Medidas variables, año 2000.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Coincido contigo en que son la publicidad y los medios los que hacen las obras de arte. Es más, considero que una obra de arte, una obra "maestra" es aquella que la Santísima Trinidad integrada por un museo de arte contemporáneo de fama internacional (puede muy bien ser el MOMA de NY), un importante coleccionista (que puede ser cualquier entidad financiera de ámbito global) y un importante medio de comunicación (el New York Times) dicen que es una obra de arte. Si han comprado obra de un mindundi a un precio económico no permitirán de ninguna manera que el valor de su inversión decrezca e intentarán por todos los medios de imponer la obra del nuevo genio titiritero del arte. Pues en el mundo del arte ya no cuenta el descubrimiento de un nuevo lenguaje, la capacidad de decir con una sensibilidad nueva, acorde a nuestro tiempo, verdades universales y eternas, la maestría técnica. El arte se ha convertido en un mercado, sujeto a las leyes del mercado que son la especulación, el tráfico de influencia, y los intereses bastardos y corruptores del dinero. De todas formas, Antonio, te deseo un feliz, próspero y creativo año 2009.
JAUME