martes, 10 de febrero de 2009

Un movimiento para el siglo XXI


Un crítico dijo de mi que estaba fuera de las tendencias actuales en arte, a mi pregunta de cuales son las susodichas tendencias, me contesto con un galimatías dificilmente reproducible. Cuanto más veo, más creo que no hay una tendencia o tendencias concretas.

El mundo del arte contemporáneo, a pesar de tener sus modas, cada artista inspecciona en su interior o en el interior de la sociedad en la que vive, plantea situaciones que el espectador tiene que resolver, para mí eso es lo importante del arte actual. Un arte que juega con el individuo presentándole hallazgos sorprendentes, o puzles inmensos para que participe desde la óptica de su propia formación.

Hace años cree un grupo de artistas que se movían bajo el nombre de NEO, era un movimiento conceptual en contra del arte puramente decorativo que comenzó sus andaduras por la red. En un mes habían suscrito el manifiesto unos 40 artistas de todo el mundo. Pero por problemas con la misma red en la que apareció, NEO fallecía tres meses después.

Este ejercicio me hizo darme cuenta de que los artistas estamos buscando un sistema a que agarrarnos, estamos necesitados de un movimiento como ocurría en la primera mitad del siglo XX, quizás aparezca en este principio de siglo algo que intelectualmente nos una, y así aparezca el primer movimiento de arte global, totalmente des localizado, que cree una espectativa digna para ser incluido en la tempestuosa historia del arte.
En la imagen, "Vendrán días más felices", fotografía única, 2008.

miércoles, 4 de febrero de 2009

Crisis


Hoy hablando con otros compañeros sobre la venta de arte en el momento actual, hemos suscrito que en los momentos de crisis, los coleccionistas, compran obra de artistas reconocidos. Fuera de ese circuito quedamos todos los demás, es decir la mayoría.

La labor que llevamos a cabo, además de resultar rara es a toda vista, parecida a una ONG, en la que el beneficiario no solo no lo agradece sino que te mira mal. Las galerías no participan, el público asiste y espera, los críticos no acuden, y a pesar de todo nos encerramos varias horas en nuestros talleres y realizamos obra nueva. Obra que dificilmente vera la luz y si lo hace será en una galería pública en donde no se puede realizar ventas.

Son malos tiempos para la lírica, como decía la canción, que nos queda. La mayoría sobrevivimos con trabajos basura y no nos queda tiempo para realizar nuestras obras, o quitamos horas de estar con la familia y descansar. Todo, ¿para qué?. Para seguir buscando al mecenas de principios del siglo XX, para intentar descubrir algún marchante, perdón, animador cultural, que quiera llevar nuestra obra, o por último destrozarnos los pies buscando en galerías de tercera, porque en las otras divisiones ya no podemos jugar.

En la imagen, "Cristo in the lluna", transfer sobre tela, 1997.