jueves, 4 de agosto de 2011

"El sol de los días" 9 y último

"El sol de los días" acabó su aventura austriaca, la instalación llegó esta semana de Feldkirch, ahora encajada espera en mi estudio la posibilidad de presentarla en otros lugares.

Después de la censura, la sala volvió a abrir con la prohibición de que entraran menores de 16 años. Al final todo ha quedado en una anécdota, que le añade carisma y convierte a "El sol" en una obra casi maldita.

Tres años de trabajo, muchas horas hechadas en su gestación y desarrollo, pero el final, agotador, y su presentación en público ha sido un éxito.

Creo que la volvería a repetir y espero que no envejezca mal. Estos días he visto algunas obras de los años 70, que el tiempo ha hecho estragos en ellas, colores y formas que marcaban una época demasiado estética, habían deslucido esos hijos llenos de migraña. Supongo que detrás de cada pieza había un artista que confiaba que su obra le sobre viviese, y algunos lo han logrado a duras penas.

Todos los que nos dedicamos a esto, tenemos esperanza de que la obra empiece un recorrido de largo alcance a través del espacio-tiempo. Con "El sol de los días", mi instalación más elaborada, tengo esa fe, es mucho más de lo que puedo decir de algunas de mis otras obras.

Cuando encuentre un espacio que se adecue a ella y tengan a bien, incluirla en alguna programación, sentiré la satisfacción del día en que fui a montarla en Austria.

En la imagen "El sol de los días" en la Johannerkirche de Feldkirch (Austria)