martes, 16 de diciembre de 2008

La vida como motor de busqueda



Me pregunto muchas veces el porque del arte, de la literatura, de la música y de las otras especialidades que solo sirven para embellecer nuestra vida. La respuesta es un simple no se, el mundo vive de espaldas a estas "cosas". "El pensamiento contemporáneo es un timo". Hay otras preocupaciones en la gente común. Los artistas hacemos arte para nosotros mismos y para unos cuantos intelectuales que son tan olvidadizos como aduladores. Nunca habíamos puesto en juego la vida como ahora, todo la acorta y sin embargo la población es cada vez más vieja, pero no por ello más sabia. He llegado a la conclusión, seguramente errada, de que este mundo no necesita profetas, sin embargo se agarra a un hierro ardiendo en busca de esperanza.


Esperanza, ¿para qué?, si no sabemos utilizarla en nuestros momentos cotidianos y esperamos que no las den los dirigentes del mundo. Me da pena ese pensamiento y a la vez horror. Ellos harán caso omiso a los ruegos que vengan de nuestra parte, si no son muchos y vienen acompañados de una huelga general.


Ahora, que se acerca la navidad y todo el mundo hace promesas, solo veo gente incapaz de cumplirlas, de llevar a cabo las más mínima situación que cambie su vida. Y los artistas seguimos hablando de arte, arte social y comprometido para unos cuantos, belleza para unos pocos, y basura ininteligible y cara para la mayoría, que no se dan cuenta que detrás de cada obra se oculta el mundo en el que ellos viven y las artes comtemporáneas tienen la facultad o el defecto de mostrar al hombre como es, en este momento.


Dentro de unos años, cuando el arte actual se convierta en ismo, o sea "el decenio ecléctico", tendremos ante nuestros ojos la historia personal que hemos vivido y entonces puede que la generación futura ponga en su casa un poster de Esther Ferrer como decoración.

En la imagen "La frágil memoria", fotografía a color. Edición de 5 ejemplares.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Querido Antonio,

Discrepo de ti en que el arte sólo sirva para embellecer la vida. El arte no tiene -en absoluto- esa función. Para mí el arte, el auténtico arte, tiene que ser siempre un revulsivo, un agitador de conciencias, una lente que nos obligue a contemplar la realidad y la cotidianeidad de una forma distinta (el artista como mirada/conciencia de una multitud ciega y manipulada). También debe ser labor del artista transmitir su desasosiego frente al mundo. O su armonía con el mundo. Un artista nunca debe crear sólo para él. Pues un artista no puede ser, jamás, un autista.
Me gusta tu blog y espero que se convierta, con el tiempo, en un foro de encuentro y reflexión para todos los amantes del arte.
Un abrazo, amigo

JAUME

Antonio Luque dijo...

Estoy de acuerdo contigo, Jaume, pero creo que la mayoría de artistas vivimos sumidos en ese autismo del que tu hablas, sin espacios donde exponer la obra el artista es un ser mudo encerrado en su propio mundo. En cuanto a embellecer, más que al significado de bello, me refería al hecho de enriquecer nuestra vida. El arte contemporáneo abundan los estandards de dudoso gusto estético, pero no por ello dejan de ser enriquecedores de nuestra vida. Cuidate:
Antonio Luque