martes, 18 de noviembre de 2008

El espíritu de la granada


La concepción de arte esta cambiando rápidamente, hoy se considera arte el pensamiento del artista. Pero ha quedado un poco diluida la razón de la obra de arte o del objeto artístico. El artista se ve abocado a una vorágine de lo nuevo, de lo contemporáneo. Los artistas muchas veces pierden la razón cuando se ven inmersos en el descubrimiento perpetuo, a una situación tan límite como son nuestras propias vidas. El arte reflexiona, hoy más que nunca, en el hecho social y deja aparte el hecho espiritual. ¿Donde esta el alma del hombre actual?.

En la última mitad del siglo pasado se ha ido difuminando en nuestro globalizado mundo. Solo es posible un pensamiento y así nos vamos perdiendo por el camino lo que nos hace menos animales. Creemos que las normas y leyes son bastante para afirmar nuestra humanidad, pero la verdad es que las normas no bastan. Hoy he oído a un artista holandés decir que sus instalaciones urbanas no gustan a la gente cuando las ven, pero cuando tienen repercusión mediática, ya sea por televisión o por Internet, la gente acaba haciendo suya la obra y hasta dicen orgullosos que está en su ciudad. ¿Hasta ese punto hemos llegado que nos parece buena una obra según la repercusión que tenga?

Llegan malos tiempos para los que intentamos descubrir, como dijo Tàpies, los granos color rubí de la granada y dejamos atrás la piel oscura y sucia de la misma.

En la fotografía: instalación "Durmientes", lona, pintura plástica y lapíz, medidas variables, en proceso de trabajo.

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