lunes, 11 de mayo de 2009

El pez y su cola


Llevo unos días confundido, este parón obligado por la mudanza, me hace recapacitar sobre lo abierto que es la estructura del arte contemporáneo a la vez que cerrada. Si ninguna de las grandes galerías o de las llamadas galerías que van a ferias se fijan en ti, difícilmente podrás acceder a las exposiciones comisariadas. Si esto no ocurre es casi imposible conseguir buenos espacios expositivos. Por lo tanto, ¿como conseguir una galería?.

Las galerías buscan en su mayoría valores seguros, por un lado, gente que tenga todo tipo de exposiciones arriba reseñadas, o, nuevos valores, es decir gente que haya sido becada a poder ser en alguno de los centros de arte contemporáneo que hay por el mundo.

Quedamos en el limbo el resto. No hay demasiado, donde elegir. Tenemos que mover los hilos de amistades, concursos, algunos realmente ridículos, y salas oficiales, estas cada vez más difícil pues piden currículos elaborados, proyecto de exposición y fotografía de la obra a exponer, para al final darte la exposición a un año vista.

Lo dicho es solamente para enumerar lo cerrado de este mundo. Por otro lado el mercado esta abierto a cualquier tendencia o idea, si es grande mejor, si es absurda se buscara una relación con la inmediatez o se convertirá en un "hecho social de una profundidad estudiada y cargada de connotaciones".

Hace un par de días leí una critica del artista Antonio Ballester Moreno, no entraré en mi gusto personal sobre la obra de dicho artista, pero era curioso como el crítico intelectualizaba una obra de por si contraria a este hecho. Creo que el mismo crítico seria capaz de intelectualizar la obra de caballos, monos y animales varios con el mismo discurso. Cae en gracia y seras gracioso y mientras riete del mundo.
En la fotografía la obra "Familia de Jan Brueghel" de 2007, 100x100 cm, sangre, pigmento y oleo sobre tela.

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